EL PACTO CON EL DIABLO
POR SIEMPRE TUYO
Yo que he sobrevivido al paso de los siglos, me he enfrentado a los peores enemigos, he luchado en todos los frentes, creo que ya es hora de finiquitar el contrato, estoy cansado, todo lo cansado que puede un ser inmortal estar, el paso del tiempo no ha dejado huella en mi piel, aun recuerdo aquel dÃa en que en contra de mis convicciones pacté con el maligno, que mi amada se salvara de aquella terrible enfermedad que azotaba mi reino, pero el precio a pagar creo que ha sido excesivo, de todas maneras mi amada se salvó de la peste, pero no pudo con el inexorable paso del tiempo, aquellos cortos años de felicidad han sido siglos de maldita penitencia.
Yo ya lo he dicho en otro comentario, nunca pactarÃa una vida eterna. Debe de ser desquiciante sentir el pasar de los años. Si todos fuéramos inmortales no podrÃa existir la procreación ¡y que aburrido ver las mismas caras durante siglos!. Si únicamente fuera yo el inmortal ¡que soledad la de ver pasar y pasar personas durante siglos!
ResponderEliminarAhora habrÃa que saber que es lo que desea el diablo a cambio de finiquitar un contrato firmado.
Un abrazo
Es cierto, asumir una vida eterna implica tormentos infinitos que nadie podrÃa soportar. Además, como bien cuenta tu relato, salvar aun amor para que no muera en ese momento, no quiere decir que no muera nunca, por lo que serÃa un contrasentido.
ResponderEliminarun abrazo juevero!
A veces, una prueba de amor puede llevarnos a pactos terribles e innecesarios. Pero el amor es asÃ, consiente lo que sea desde la pasión que lo mueve.
ResponderEliminarLa vida eterna, creo que es un precio muy caro (además de extenso -bah! interminable!) por lo que puedo entender el cansancio del protagonista! Me ha gustado mucho tu relato y además, el tÃtulo que le has dado, es un resumen de ese pacto de tiempo infinito que lo une a su amada.
Un gusto conocerte y pasar a leerte.
Gaby*
LOS INMORTALES...
ResponderEliminarla solución a esta saga de pelis era que otro inmortal le cortase la cabeza...
por otra parte, julián, considero que la inmortalidad debe de ser como todo...solemos decir que uufff, que no, que no quiero vivir para siempre por que se me fue la nada, los hijos Ãdem, y asÃ..la gente conocida se fue, desapareció, nada hay que sea como el antes...pero, el truco, creo yo, es el mismo paso del tiempo, y el saberse adaptar...claro, que eso lo dice un ser finito como yo...
medio beso.
Bueno, esa es la desventaja, uno vive eternamente; pero si los demás no lo hacen, debe ser inaguantable.
ResponderEliminarUn abrazo
Qué duro el eterno soportar de la vida, y a nuestro alrededor todo se acaba, menos la Ãntima desdicha eterna.
ResponderEliminarBuen enfoque de lo diabólico pactado. Besito.
Pienso yo que la inmortalidad asà vivida deber ser aliada al Diablo, ¿pues cómo vivir dejando atrás sentimientos? Si, entiendo que debe ser doloroso y complicado con el paso del tiempo adaptarse.
ResponderEliminarBesos
Al final todos tenemos un precio, sólo hace falta dar en el punto débil para firmar un contrato con el demonio.Seguro que todos irÃamos cayendo sin pensar mucho en las consecuencias.
ResponderEliminarY no se me ocurre mejor motivo para hacerlo que por amor.
Buen relato.
Mar
¿De qué sirve ser inmortal si los demás no lo son? Creo que es un pacto tentador, pero a la vez un arma de doble filo, y eso es lo que le pasó al protagonista del relato, que al final se arrepintió, ya que terminó viendo morir a quienes estaban a su alrededor mientras él continuaba con una triste y solitaria existencia. Un beso.
ResponderEliminarQué terror ser inmortal en este mundo lleno de demonios.Un mundo que estamos destruyendo a pasos agigantados y que en cualquier momento la misma naturaleza se va a cabrear y nos castigará con los peores fenómenos, terremotos, glaciaciones, huracanes,....tendrá que poner un poco de orden en este desconcierto. No me gustarÃa estar ahà en medio ni siquiera con la certeza de salvarme. un beso.
ResponderEliminarSobrevivir a todo y a todos no me gustarÃa. Un pacto que se vuelve encontra del que lo firma. Una propuesta muy buena Julian.
ResponderEliminarUn abrazo.
Peligroso firmar pactos en momentos de crisis, sobre todo pactos eternos. ¿seriamos capaces de abstenernos?
ResponderEliminarUn abrazo
Tampoco quiero ser inmortal, ver morir a la gente que quieres y estar siempre solo...pero por amor pactas con el diablo o con quien haga falta.
ResponderEliminarUn beso
Julian si te gustan los zombis hechale un vistazo a mi liro que estoy publicando en blog (Solo si te gustan , cero compromiso jajaja) siempr es bueno un comentario tuyo.
ResponderEliminarwww.eldiazero.blogspot.com
Un abrazo!
Otra opinión que comparto, los pactos con el diablo no llevan a nada bueno. Tal vez aquello por lo que un dÃa pudiéramos vender el alma al cabo de un tiempo.
ResponderEliminarBuen relato Julián.
Eso de ser inmortal y ver pasar a nuestros seres queridos debe ser espantoso. Mejor no pactar, y dejar que el destino decida.
ResponderEliminarUn abrazo.
Coincido con todos los comentarios en que la vida eterna es una situación nada deseable. Demasiados peajes a pagar en esa autopista que no conoce término. Lamentablemente, a veces esa vida es demasiado corta y esa situación es igualmente terrible, sobre todo para los que se quedan lamentando una ausencia.
ResponderEliminarNo sirve para nada pactar con el diablo sobre nada, tampoco sobre la duración de una vida humana. Hay que dejar que la Naturaleza dirija el curso de nuestra existencia.
Un abrazo.
Y tiempo después de publicado... sigue teniendo validez y atractivo tu relato.
ResponderEliminarte dejo un abrazo juevero.
Hola, que tengas un excelente fin de semana, ha sido un placer leer tu blog, es excelente. Te invito de manera cordial a que visites el Blog de Boris Estebitan y leas un poema mÃo titulado “Muy tarde como para tomar acción”, es un poema sobre un amor que no pudo hacerse realidad.
ResponderEliminarUn micro que pone al descubierto los pesares de la hipotética inmortalidad, porque en ocasiones nos puede seducir a los humanos esa idea, pero si se piensa con calma resulta realmente aterrador, y más si no estamos acompañados por nuestros seres queridos.
ResponderEliminarGracias, Julián, por tu confianza. Me ha encantado encontrarme contigo al abrir el ordenador. Ayer estuve muy a gusto rodeada por todos vosotros y se me pasó el tiempo en un santiamén.
Observo que hace tiempo que no actualizas el blog, pero ya lo harás cuando te apetezca. A veces, se pasan largas temporadas alejado por una causa u otra.
Un abrazo con todo mi cariño y, también, mi agradecimiento por tu presencia ayer en el BiblioCafé.